31 de diciembre de 2012

Y ahí se va otro año más. 2012. Que puedo decir del 2012? Para mí el 2012 significó un aprendizaje, crecer, madurar. Lo empecé estancada en mis viejos hábitos del 2011 que hicieron que me aleje de todas las personas que quería, pero de a poquito con el correr de las semanas y los meses se fueron revirtiendo esas cosas y pude remontar desde el mas profundo de los fondos. Me seguía amargando por la persona que no tenía al lado, pero nunca volví a cometer el mismo error. Lo veía, si, pero siempre con las cosas bien en claras. En abril conocí a una personita que en un mes me hizo mucho bien. Tuve otros chicos pero no tan importantes como el que voy a contar ahora. En noviembre llegó otra personita, que me hizo volver a replantearme las cosas de lo que yo pensaba sobre el amor, fue al primero al que no le encontré ningún defecto. Aunque duró un mes nada más (por mi culpa), aprendí mucho de el. Lo conocí a Facu, que hoy en día es mi mejor amigo. La conocí a Nany, la chica mas buena que conozco. Conocí a tantas personas tan lindas. Con respecto al fanatismo puedo decir que fui a tres recitales de Tan Bionica. El primero en Club 511, el segundo en el Luna Park y el tercero fue el #8D. Relacionado con mi familia, me peleé mucho con mi mama, con mi hermana y con mi papa. La abu Pocha se fue, pero se que está en un lugar mejor y que algún día la voy a volver a ver. Elegí la empresa con la que me voy a ir a Bariloche. Salí a bailar las veces que pude y me divertí muchisimo. Fui al cine, al zoológico y al museo. Paseé por todos los lados posibles de La Plata. Disfruté a mas no poder las amistades y las personas que la vida me fue presentando. 
Se puede decir que en este año cambié, o eso es lo que me dice la gente. Lloré. Reí. Me amargué por cosas que no valían la pena. Aprendí. Esperé. Hice boludeces con mis amigas. Dormí. Estudié. Miré. Me inspiré. Me enojé y después se me pasó. Me asusté. Hice cosas de impulsiva. Me peleé con mucha gente. Mentí. Me arrepentí. Besé. Amé, en todos los sentidos. Maduré. Disfruté. Pero sobre todas las cosas, VIVÍ.
Por todo eso y más, puedo decir que el 2012 fue en teoría un año bueno, en el cual lo empecé abajo, muy abajo y fui subiendo de a poquito. Me dejó muchos recuerdos lindos y feos, pero recuerdos en fin. 

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